Hay quien dice que la música es terapia. Zahara no solo lo dice, sino que lo hace, lo ejerce y lo reivindica. Sus canciones le han servido para sanarse a sí misma. Aunque, también, a muchas otras personas que se han visto reflejadas en su forma salvaje y compulsivamente explícita de expresarse a través de su música y sus letras. No cualquiera se atrevería a colocar en la portada de su disco la palabra “Puta”.

La energía que corre irreductible por el cuerpo de Zahara sale a la luz cuando se pone a componer. A veces, sin embargo, Zahara necesita parar, para poder procesar y tomar el aliento que luego le permita recomenzar su frenética carrera artística. Pero no es fácil parar. De hecho nos ocurre a todos, aunque nuestra vida no transite de escenario en escenario. Zahara ha tenido la suerte de toparse con Veronica Blume. A modo de favor por favor, Veronica ha devuelto a Zahara una enseñanza tan necesaria para que luego se pueda volver a inspirar: respirar.